lunes, 4 de febrero de 2008

MAS ALLA DE LAS PALABRAS...

"Más que los discursos y las palabras, están los hechos, las acciones, las políticas contundentes y con resultados puntuales y concretos"Dos cosas en la exposición de Isabel (Allende): aprendizaje y experiencia. Nosotros, Isabel, empezamos al revés -como siempre los argentinos con esa vocación que nos distingue-: en Chile el proceso empezó con una concertación, el cambio requería mayorías muy fuertes; fueron capaces de hacer aprendizaje histórico -como vos dijiste- de lo que había pasado, de la ruptura institucional que cuando se quieren hacer cambios profundos se requieren también mayorías fuertes, y nació esa concertación impensable. Es cierto, en términos históricos, hasta alguien podría decir en términos ideológicos, entre el partido Socialista y la Democracia Cristiana chilenos. Aquí empezamos al revés. Este proceso, el cual Jorge (Rivas) hoy lo describía como una suerte de autocrítica, que tampoco podía estar ausente, los espacios progresistas siempre tenemos una marcada vocación autocrítica y me parece muy bueno, es una de nuestras virtudes, lo empezamos precisamente a la inversa: un gobierno que empieza con apenas el 22 por ciento de los votos en un país que se había llevado cinco presidentes en una semana, que había implosionado en el 2001 y que algunos pronosticaban presidente para seis meses y nada más y pudimos abordar un proceso de profunda transformación. Tal vez, ni nosotros mismos advirtamos hasta dónde va esa transformación, porque uno podía enumerar los logros económicos sociales, pero esta tarde de hoy, este escenario en la República Argentina, que un socialista sentado al lado de una peronista, sí porque somos progresistas como yo digo, somos progresistas pero cantamos la “marchita” y entonces; aunque algunos compañeros dicen que no la cantamos demasiado seguido, pero creo que hacemos muchas cosas más que cantar la “marchita” muchas veces. Siempre digo que uno demuestra a los peronistas se los puede reconocer no cuando cantan la marcha solamente, sino cuando gobiernan, es más importante que nos reconozcan cuando gobernamos que cuando cantamos la marcha. Hemos visto cantar mucho la marcha también y, sin embargo, tener políticas que poco tenían que ver con los intereses de los argentinos y con nuestra propia historia. Así que, creo que, en realidad, como siempre en la vida, más que los discursos, más que las palabras, están los hechos, las acciones, las políticas contundentes y con resultados puntuales y concretos. Fue, además, un desafío, porque se había construido un relato en la Argentina, tal vez, por eso que señala Jorge, por la excesiva segmentación. Una visión posmoderna de la política, donde todo es mediatizado y donde, entonces, la construcción clara y concreta vinculada a las organizaciones sociales, a la sociedad, a la sociedad civil en definitiva, alejó un poco a sectores del progresismo y uno de los principales desafíos que teníamos era quebrar el relato mediático de que el progresismo podía defender derechos humanos, pero no sabía gobernar; podía defender derechos y garantías, podíamos ocuparnos de los derechos individuales, pero no podíamos organizar económica y socialmente un país.