lunes, 8 de octubre de 2007

LA MUERTE QUE UNIO AL SINDICALISMO Y LA DERECHA PERONISTA:

MARCELO LARRAQUY/fuente:lapoliticaonline LARRAQUY: "LO VIVIERON COMO UNA VICTORIA" MARCELO LARRAQUY. En un relato apasionante por su vida y su figura, el historiador y periodista Marcelo Larraquy, autor de sendas biografías sobre Galimberti y López Rega y del reciente "Historia Secreta de la Contraofensiva Montonera", sostiene que la muerte de José Ignacio Rucci "fue una operación conjunta entre Montoneros y FAR en el momento en que se estaban fusionando" y cree que "en lo puntual" la organización guerrillera "buscó responder al ataque que habían sufrido en Ezeiza, el día del regreso de Perón, el 20 de junio de 1973". La Política Online ¿quiénes planearon la muerte de Rucci? Larraquy: Según la información que pude recabar desde distintas fuentes, fue una operación conjunta entre Montoneros y FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) en el momento en que se estaban uniendo bajo el nombre de "Montoneros". Oficialmente esta unión se hizo pública el 12 de octubre de 1973. No conozco los matices, quien estaba de acuerdo o quien no, pero sí supe que Roberto Quieto (FAR) estaba al corriente de la operación. LP: ¿Cuál cree que fue su intención? Larraquy: Creo que en lo puntual, Montoneros buscó responder al ataque que habían sufrido en Ezeiza, el día del regreso de Perón, el 20 de junio de 1973. Ese día los cuadros sindicales participaron de la organización del acto y también del ataque a las columnas de la izquierda peronista. En ese marco Rucci, como jefe sindical, más José López Rega, Jorge Osinde, Norma Kennedy, Alberto Brito Lima y Lorenzo Miguel, fueron vistos por Montoneros como organizadores de una emboscada. A partir de entonces, comenzó a actuar la inteligencia para planificar el atentado a Rucci. Pero en términos políticos, creo que la decisión de realizar la operación daba una pauta de que Montoneros no se iba alinear dócilmente a la conducción de Perón. Desconfío de la tesis que indica que fue una respuesta a su triunfo del 23 de septiembre, para "tirarle un cadáver en la agenda a Perón". Una operación de esa magnitud no se organiza en dos días. LP: ¿Cómo repercutió la operación al interior del peronismo, visiblemente dividida por entonces? Larraquy: Fue una conmoción. Rucci era el hombre que había elegido Perón como su interlocutor dentro del gremialismo. Era el único leal, luego de una década de desconfianza mutua entre el Líder y un sindicalismo que actuó en forma autónoma a sus directivas. La visión políticamente negativa de la operación contra Rucci es más retrospectiva. En el marco del enfrentamiento entre izquierda y derecha; en ese momento, fue visto como una victoria política. Obviamente, a la luz de la historia es mucho más sencillo marcarla como un error, porque empezó a alejar a Montoneros de la política pública. Y el error, si puedo acercar una opinión, es que al matar a Rucci sumó un enemigo más. Rucci no era la extrema derecha del peronismo como sí lo eran Osinde ó López Rega. Rucci era un representante clásico del Movimiento. Con su muerte, ambos sectores se unieron. Una semana después, el Consejo Superior Peronista, en un comunicado, llamó a utilizar el Estado para aniquilar "a los infiltrados". De modo que la operación dañó definitivamente la relación de Montoneros y el Movimiento. A los cuadros de superficie ligados a Montoneros, que tenían una fuerte inserción popular, también les costó entender y explicar la operación. Sin embargo, distintas investigaciones en fábricas, recogidas a través de la memoria oral, muestran que la operación fue recibida con alegría. Por las bases, Rucci era visto como un burócrata. El otro día he leído que hasta la diputada Elisa Carrió, en su momento se alegró de la operación y eso es una pauta del clima de enfrentamiento que se vivía. También es cierto que los ex montoneros que hoy critican la operación, en ese momento continuaron en la Organización. No se fueron. Creo que hay que verla en el marco de un enfrentamiento armado y no desde la perspectiva del sistema democrático como hoy la entendemos. Los montoneros no querían ser parlamentaristas. JUAN DOMINGO PERON. LP: ¿Cómo recibió Perón la noticia? ¿Qué medida dispuso entonces? Larraquy: Nunca hablé con fuentes directas. Dante Gullo, quien en ese momento estaba desayunando con Olivos o en Gaspar Campos, se ocupó de transmitir la desazón de Perón. O su consternación, mejor dicho. Al principio había mucha confusión sobre los ejecutores. Algunos mencionaron la CIA, otros el ERP, otros López Rega y la Triple A (aunque todavía no había aparecido públicamente). Incluso se mencionó a Gelbard como autor intelectual por el descontento de Rucci, que recibía mucha presión desde el sindicalismo, por el Pacto Social, que congelaba salarios y precios, con el lógico deterioro al poder adquisitivo de la clase trabajadora. No recuerdo ningún documento firmado sobre esa operación entre Perón y Montoneros, quizá porque Montoneros nunca la reconoció. LP: Muchos se preguntaron porque el hombre elegido no fue López Rega. Larraquy: No sé si exigió ni cómo fue la inteligencia contra López Rega en 1973, pero también era un blanco de Montoneros. Y después de la muerte de Perón, mucho más. Pero López se pegaba mucho a Isabel y los Montoneros no querían llegar a tanto. LP: Con la muerte de Rucci, ¿usted cree que se inaugura un nuevo período en lo que sería la violencia política argentina de los 70? Larraquy: Hubo dos hechos de alto impacto que marcan el inicio del enfrentamiento armado. El primero es Ezeiza, donde la derecha actúa contra la izquierda. El segundo es Rucci, donde la izquierda responde a la violencia de la derecha. Para Perón la violencia era incontenible y ya no tenía la suficiente capacidad política para contenerla. LP: ¿Fue el detonante para que Perón decida echar de la plaza a los jóvenes "imberbes"? Larraquy: Creo que Perón decidió empezar a desprenderse de los "imberbes" desde el momento en que Cámpora ganó las elecciones el 11 de marzo de 1973. Todas sus acciones políticas muestran esa tendencia. Primero echó a Galimberti como delegado juvenil, después apoyó a la derecha en la masacre de Ezeiza, lo sacó a Cámpora del poder (nunca lo apoyó), y no tuvo voluntad política de evitar la fórmula con su esposa, que era la representante del peronismo clásico, de la extrema derecha del peronismo. Dos años antes, Perón adhería a la "guerra revolucionaria", al igual que Montoneros y había realización doctrinaria del justicialismo, que tenía como horizonte el siempre impreciso "socialismo nacional". Este viraje de Perón, sobre gente que había luchado durante más de 15 años por su retorno, fue muy traumático. A Montoneros lo llenó de impotencia. Primero culparon a López Rega, que lo tenía "capturado", pero luego se dieron cuenta que el que manejaba a Perón era Perón. Les costó mucho entenderlo. LP: Que nos puede contar de Rucci. Larraquy: Rucci era un representante del sindicalismo, que se hizo de abajo y que cubrió la herencia de Vandor. Rucci apostó por Perón, quebrando las resistencia internas de las propias estructuras gremiales. Según transmite Carlos Leyba en su libro sobre la economía Peronista, él sospechaba que la firma del Pacto social equivalía a firmar su sentencia de muerte. En esa época todos los que participaban en política sospechaban que podían ser muertos. De todos modos, creo que la sentencia de Rucci fue Ezeiza y no el Pacto Social.